Pertenezco a esa generación que vivió cómo se construía nuestro País tras la dictadura; cómo se ponían las instituciones en marcha (ayuntamientos, diputaciones o Gobierno Vasco); cómo se levantaba un país prácticamente desde cero. Ha sido un privilegio ver y ser parte de aquella sociedad que hizo realidad todo lo que hoy en día conocemos y de lo que disfrutamos.

Todos aquellos hechos daban respuesta a nuestras necesidades y aspiraciones personales, colectivas y de País. Nos sentimos protagonistas de aquel momento en el que Euskadi se institucionalizaba, y muchos y muchas de nosotras entendimos entonces que el servicio público era la mejor herramienta para sumarnos a aquella construcción que iba a permitir mejorar la vida de las personas, de nuestras vecinas y vecinos, y de la sociedad vasca en su conjunto. 

Euskadi es lo que es gracias a quienes nos han precedido en las instituciones y han sentado las bases de la sociedad moderna en la que vivimos. Por ello, haber sido elegida una vez más como candidata de EAJ-PNV al Parlamento Vasco es para mí toda una responsabilidad que afronto con mucho respeto y como un eslabón más de una larga y fuerte cadena. La legislatura que ha finalizado hace escasas semanas, me ha permitido conocer muchas facetas de la actividad parlamentaria, donde la escucha, el diálogo y la voluntad de acuerdo han sido actitudes muy relevantes a la hora de sacar adelante leyes y propuestas de gran relevancia.

El mayor reto que creo que deberemos afrontar en el próximo mandato es, posiblemente, el más complicado de todos: atender y entender lo que una sociedad muy cambiante nos transmite a diario; necesidades e intereses que debemos transformar en un mayor bienestar y mejores condiciones para que cada persona pueda desarrollar su proyecto de vida.

Soy Irune Zuluaga Zamalloa y provengo de una familia que me inculcó el compromiso, respeto y cariño por nuestra historia, nuestra cultura y, sobre todo, por el euskera. Cuestiones todas ellas difíciles de mantener en el Sodupe de los años 60, pero un reto al que aite y ama supieron hacer frente. Vivo en Aranguren (Zalla), es donde decidí formar una familia y donde transcurre mi día a día.

Tanto las familias de aite como de ama fueron represaliadas, política y económicamente, y también estuvieron en la cárcel por la única razón de ser nacionalistas. Por lo tanto, el acercamiento a la política y a la ideología jeltzale llegó día a día, con cada recuerdo, con cada historia que nos contaban en casa. Así que, con 16 años decidí como ellos, afiliarme a EAJ-PNV. Mis referentes políticos son, entre otros muy conocidos y relevantes, las mujeres que he conocido desde aquellos años de mi adolescencia en la organización municipal; abertzales, comprometidas, incansables, en permanente servicio por sus ideales… Ellas son la historia y memoria de este País.

Me considero una mujer trabajadora, tenaz y risueña que sonríe (también) cuando alguien me cuenta que le va bien. Disfruto enormemente compartiendo momentos cotidianos junto a mi familia y cuadrilla, y desconecto con un buen libro o con una tarde de cine. ¡Y qué os voy a contar de Enkarterri! Cualquier municipio, cualquier rincón… no puedo quedarme sólo con uno. Naturaleza en estado puro, tradiciones arraigadas, los mejores productos, museos… ¡No os lo podéis perder!