Soy Lorea Bilbao Ibarra, nacida en Bilbao en 1968. Nada más nacer, aita y ama me llevaron a Oba, barrio de Dima y, aunque luego vivimos en Bilbao, allí es donde recibí el euskera y empecé a definir mi forma de ser: aprendí a sentirme partícipe de un barrio, amar la montaña y la naturaleza, estar orgullosa de los y las baserritarras, echar una mano sin esperar nada a cambio, fortalecer las relaciones intergeneracionales...

Quizás por eso siempre quiero volver allí. Quizás por eso me gradué primero en Magisterio, después en Filología Vasca, y también en Antropología Sociocultural. Quizás por eso desde pequeña he tenido vocación de construir comunidad (‘herrigintza’ en euskera), de mirar a mi alrededor y ver qué se puede mejorar, entender que los problemas que afectan a quienes nos rodean son también los nuestros, la importancia de colaborar, escuchar y decidir.

En casa aprendí que las cosas no nos vienen dadas y que hay que trabajar e implicarse si queremos cambiarlas. Así llegué a ser voluntaria en diferentes ámbitos, así también llegué a la política, impulsada por la confianza depositada en mí por muchas personas allegadas. También son personas cercanas mis referentes políticos; grandes personas a pesar de no tener un gran nombre: quienes tanto han trabajado y nos han transmitido sus valores en el Batzoki de Dima, quienes han trabajado por Euskadi, las ‘andereños’ que impulsaron la educación en euskera, entre ellas ama...

He tenido la suerte de ser diputada foral de Euskera, Cultura y Deporte en Bizkaia los últimos ocho años, y en el Gobierno Vasco fui directora de Promoción del Euskera y asesora en el área de Cultura y Política lingüística, también he sido miembro de las Juntas Generales de Bizkaia y portavoz de EAJ-PNV en las mismas, y ahora el camino me abre la posibilidad de ser candidata al Parlamento Vasco. Abordo con entusiasmo este reto con el objetivo de encauzar debates políticos honestos y eficaces, de poner en valor la política y desterrar el desprestigio que ha adquirido en los últimos años. Estoy dispuesta a trabajar en las áreas que mi grupo considere más adecuadas; eso sí, sin ocultar que mis preferidas son las de euskera, cultura, deporte y educación, por un lado, por el conocimiento que tengo de dichas áreas pero, sobre todo, porque creo que deberían ser eje central de la acción política por la influencia que tienen en la definición de la forma de hacer y de ser de la sociedad.

Vivimos en una sociedad en continua y rápida transformación, y generalmente respondemos de manera reactiva abordando y dando solución a problemas que ya han surgido. Por eso, entiendo que nuestro gran reto debe ser actuar de manera preventiva, anticiparnos a lo que se nos avecina. Cambios demográficos, transición social, tecnológico-digital, energética y climática son algunos de los retos, así como seguir avanzando en la revitalización y extensión social progresiva del euskera, para que la igualdad y la libertad sean cada vez más reales y efectivas también en el desarrollo de nuestra pluralidad lingüística... Es imprescindible una preparación adecuada tanto de la ciudadanía como de los servicios, empezar a preparar a las siguientes generaciones desde el propio sistema educativo.

A nivel personal, tengo muchas aficiones, afortunadamente: la montaña, el mar, la música, los espectáculos en vivo, la lectura, disfrutar de diferentes competiciones deportivas y pasar el día con gente amiga... y digo que soy afortunada, porque eso me ofrece la posibilidad de disfrutar de muchas cosas, situaciones y personas. Entre todas, elegiría la compañía de mi gente y viajar. Por un lado, por las interminables tertulias y, por otro, porque conocer otros lugares, culturas y maneras de ser me ayudan a reforzar mi carácter y, al mismo tiempo, a tener una visión más amplia.