El presidente del Gipuzko Buru Batzar considera que si no se cumplen los mínimos planteados por el Parlamento catalán parecería inteligente y coherente retirar un texto de reforma del Estatut que va a ser absolutamente recortado. En este sentido, ha señalado que “el nacionalismo catalán no puede comprometer el desarrollo político de una o dos generaciones a una negociación “in extremis”. Más vale quedarse con lo que hay que optar por uno peor”. En su opinión, "en esa tesitura, el nacionalismo catalán podría perfectamente desarrollar un discurso propio y decir "por aquí no pasamos, hasta aquí hemos llegado"".

 

En una entrevista concedida a Herri Irratia, Joseba Egibar ha recordado que el propio Zapatero ya advirtió que iban a dejar el proyecto de reforma de Estatut “limpio como una patena” porque el “techo constitucional era el que era”.

 

Preguntado sobre las posibles repercusiones del debate catalán en el resto del Estado, ha indicado que caben distintas interpretaciones.  Según ha explicado, hay que piensa que a Rodríguez Zapatero le puede interesar cerrar el tema catalán para, después, dedicarse al problema vasco, desde otra perspectiva y con  otra tranquilidad. Pero, por otra parte, ha matizado “que quien establece los techos para el Estatuto catalán parece que, automáticamente, también establece otros techos”. En cualquier caso, considera que Zapatero perdió una gran oportunidad para abrir una mesa de negociación de reforma del Estatuto de Gernika cuando rechazó, en el Congreso de los Diputados, el proyecto aprobado por mayoría absoluta en la Cámara vasca.

 

Sobre las similitudes que pueden existir entre la reforma de Estatut y el proyecto aprobado en el Parlamento vasco, el portavoz parlamentario de EAJ-PNV ha remarcado que se encuentran “en dos planos diferentes”. Mientras la columna vertebral del primero es la financiación, el eje del proyecto vasco es la capacidad de decisión, el derecho de autodeterminación.

 

Por último, ha indicado que la reforma del Estatut y Margall “le empiezan a causar más problemas de los inicialmente previstos” al PSOE y al propio Zapatero ”porque la presión de CIU y ERC han provocado que Maragall sea un president más catalán de lo que el PSOE puede admitir”. “Tanto el PSOE como los partidos nacionalistas van a tener que administrar la resolución de esa crisis porque tienen que optar por avanzar o retirar el proyecto, de una forma pactada” ha concluido.