El portavoz parlamentario de EAJ-PNV ha calificado de “llamamiento a un ejercicio de autoestima colectiva” el mensaje de Fin de Año del lehendakari Urkullu. Tras apuntar que el Lehendakari “no ha ocultado los problemas”, ha hecho hincapié en su apelación a “confiar en las fuerzas propias, en nuestro potencial endógeno, porque, siendo muchos los desafíos y los retos, la clave de la solución está en el máximo de consenso que se pueda conseguir en cada una de las materias”.

Joseba Egibar se ha mostrado convencido de que “el diálogo político-institucional es imprescindible pero también es imprescindible el diálogo económico-social”. Se trata de que todo, “desde la reactivación económica a la consecución de un empleo de calidad”, se desarrolle “en términos de justicia social y, también, en términos de soberanía política, en la medida en que este pueblo necesita ser dueño de su destino”.

“Todo esto glosado en esa línea de autoestima y de liderazgo compartido institucional, político y social, es un buen resumen del año que se cierra; y es una buena línea de avance para lo que el año 2018 pueda dar”, ha resumido.

Preguntado por los paralelismos entre Euskadi y Catalunya, ha puntualizado que “para poder compararnos, lo primero que hay que hacer es suplir el déficit democrático” que sufre Catalunya. En ese sentido, ha incidido en que “Catalunya necesita una desactivación político-judicial por parte del Gobierno español, por parte del Partido Popular”. “Para que se pueda caminar en una línea de normalidad, Catalunya necesita inexorablemente que los dirigentes y cargos electos presos queden en libertad y que Carles Puigdemont pueda acceder a la investidura –tiene los votos para ello- en un clima de normalidad”, ha precisado.

“Para poder compararnos -Euskadi y Catalunya- lo primero que hay que hacer es suplir ese déficit democrático, que es estructural”, ha valorado. Un déficit “provocado por el Gobierno español, que ha desestabilizado la política en Catalunya, y está en vísperas incluso de proceder a lo que puede ser un proceso de judicialización del independentismo catalán, con todo lo que va a conllevar”, ha advertido.

“Lo que toca este año 2018 es que el Gobierno español desactive esa estrategia político-judicial y que podamos caminar en una senda de normalización. A partir de ahí se verán lo paralelismos”, ha concluido.

Por último, y tras ser interpelado por si 2018 será el año de la consulta, de la disolución de ETA o de los cambios en la política penitenciaria, ha respondido que “puede ser el año de todas esas cuestiones”. “Yo creo que tanto la disolución de la organización ETA como un cambio radical de la política penitenciaria pueden contribuir a que el clima político y social sea todavía de mayor calidad y que se puedan alumbrar acuerdos que, en este momento, parecen imposibles”, ha explicado. “Esas dos cuestiones, lo mismo que todas las consultas que se puedan celebrar –bien aquí o en Catalunya-, serían también síntomas de normalidad política”, ha finalizado.